La certificación energética es obligatoria para edificios comerciales, de servicios y residenciales. El certificado energético asigna una clasificación en función de la eficiencia energética del edificio. Esta actuación se determina teniendo en cuenta las soluciones constructivas de aislamiento de paredes y cubierta, el sistema de producción de agua caliente, el sistema de climatización y ventilación e iluminación (comercio y servicios).